sábado, 5 de noviembre de 2011

Las dificultades de la integración: entre la ley y la tradición


A finales de agosto de 1987 se celebró en Panamá el Primer Encuentro de Legisladores Indígenas de América. Allí se creo el Parlamento Indígena de América, un organismo autónomo, no gubernamental, de ámbito continental y con sede permanente en Managua (Nicaragua). De él forman parte representantes de Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Colombia, Chile, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. Tal y como definen en su sitio web, el principal propósito del Parlamento Indígena es “promover y velar por el desarrollo de los pueblos indígenas según sus propios valores y patrones culturales, sirviendo a la vez como foro político y fomentando las relaciones con otros Parlamentos, en un marco de paz, justicia social, libertad, democracia, respeto a los derechos humanos y de plena participación de los pueblos en los procesos de desarrollo e integración[1]”. Desde la Asamblea General celebrada en Lima (Perú) el pasado 22 de agosto de 2011, Venezuela ha cobrado mayor protagonismo en este organismo, ya que el diputado indígena Esteban Argelio Pérez ha sido nombrado secretario.  

Para poder entender la importancia que tienen las comunidades indígenas no sólo en Venezuela, sino en todo el continente americano, conviene remontarse a los orígenes, marcados por la discriminación que sufrieron las poblaciones de estos territorios. La llegada de los europeos a los países de América supuso también la llegada de nuevos ritos, costumbres y tradiciones que pronto de convirtieron en habituales en la mayor parte de terreno conquistado. Sin embargo pequeños núcleos de población mantuvieron sus modos de vida al margen de los nuevos habitantes y aún hoy se calcula que en el país conviven alrededor de 30 grupos étnicos de carácter indígena que representan cerca de un 2.2% de la población total del país según el Censo General de Población del año 2001[2]. 

Olvidados en muchas ocasiones, la llegada de Hugo Chávez al poder en 1999 supuso un soplo de aire fresco para las poblaciones originarias venezolanas, que encontraron en las políticas bolivarianas del nuevo presidente una oportunidad para mejorar su calidad de vida. Con sus derechos incluidos en la Constitución Bolivariana, los indígenas venezolanos están hoy más integrados que nunca en la sociedad civil del país del Orinoco y se muestran firmes en su apoyo a Chávez de cara a las elecciones presidenciales que se celebrarán en el 2012.

Sin embargo, y aunque a priori pueda parecer que todo marcha viento en popa y que los indígenas están totalmente integrados en la sociedad venezolana, los problemas cobran cierto protagonismo de vez en cuando. Uno de los casos más llamativos es el de los yucpas, que habitan la Sierra de Perijá, situada al sur del estado de Zulia. Pertenecientes al grupo caribe, una de las tres grandes familias lingüísticas del país junto con la arawak y la chibcha, los 4.000 individuos que se cree que forman este grupo indígena se dividen en irapa, japreria, macoíta, parirí, chaporú, viaski, wasana y el pueblo de la misión del Tukuko[3].

El conflicto de los yucpas con sus vecinos del estado de Zulia no es una novedad para los venezolanos. Ya en agosto de 2008 se produjeron enfrentamientos entre los hacendados locales y los indígenas, que intentaban recuperar las tierras que les habían arrebatado en el pasado. En esta ocasión el máximo mandatario venezolano declaró su apoyo incondicional a los indígenas con las siguientes palabras: "Entre hacendados y los indios, este gobierno está con los indios. No hay dudas de ningún tipo[4]". Además, Chávez exigió protección por parte del gobierno, las Fuerzas Armadas y el Estado y envió a la zona a uno de sus hombres de confianza, el ministro Ramón Rodríguez Chacín.

La visita del entonces Ministro del Interior no ayudó a rebajar el tono de las declaraciones del Presidente, que se manifestó nuevamente a favor de los indígenas: "Yo lo que sí sé es que esas tierras estuvieron ocupadas por los indios yukpas durante mucho tiempo, produciendo ganado, carne y leche, y fueron echados de allí. No estoy hablando de la conquista de los españoles; estoy hablando de hace 30 años. ¡A plomo limpio los echaron de allí, con apoyo de policías y Fuerzas Armadas[5]". No contento con esas declaraciones, el ocupante del Palacio de Miraflores añadió: "¡Justicia para los indios! ¡Tierras para los indios! "Espero no tener que irme para allá. Espero que el ministro del Interior y las autoridades solucionen el problema a favor del débil. ¿Quién es el débil? ¡El indio! Estamos obligados a proteger al débil[6]".

Un año después, en el otoño de 2009, un conflicto entre comunidades yucpas concluyó con dos fallecidos y tres heridos y desencadenó una curiosa petición ante el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela. Amparados en el artículo 260 de la Constitución Nacional Bolivariana pedían poder regirse bajo tradiciones ancestrales y solucionar el conflicto bajo las leyes de la comunidad indígena. En una carta remitida a la Presidenta del TSJ, Luisa Estela Morales, la diputada indígena Nohelí Pocaterra hacía un llamamiento para que se aceptara “el amparo constitucional que protege a los hermanos yukpas para que sean juzgados según las leyes indígenas" escudándose en que "el artículo 260 de la Constitución establece que cuando se suscitan problemas entre indígenas y en territorio indígena deben ser atendidos por sus miembros, porque se reconoce que sus problemas deben ser atendidos por ellos[7]”.

Envuelto en polémica, el juicio contra los tres yucpas detenidos todavía no ha concluido y gran parte de la sociedad civil venezolana sigue expectante por la posibilidad de que existan legislaciones indígenas dentro de la propia legislación nacional. Después de haber reclamado su libertad en reiteradas ocasiones y de solicitar un acercamiento a la Sierra de Perijá, los implicados enviaron un comunicado en el que se declaraban en desobediencia contra la justicia ordinaria y dejaban clara su decisión de “no volver a la Cárcel Nacional de Trujillo donde nos trasladaron por orden del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y al simulado juicio que se ejecuta contra nosotros en el Circuito Judicial Penal de Trujillo por considerar que de esta manera estamos aceptando la violación de nuestros propios derechos y la de todos los pueblos indígenas de Venezuela y del mundo[8]".

La situación se estabilizó ese mismo año después de un pacto de convivencia que firmaron los hacendados locales y los miembros de la comunidad yucpa. Sin embargo, en agosto de 2011 y con el acuerdo a punto de concluir, los vecinos de la zona instan a las autoridades venezolanas a actuar para hacer frente a las ocupaciones que están sufriendo. La Fiscalía ha ordenado detener a los cabecillas de estas invasiones, pero de momento no ha habido consecuencias y los vecinos de la Sierra de Perijá siguen esperando que alguien del Gobierno se desplace al sur de Zulia para poner fin al conflicto.

Óscar Carrillo, coordinador del Frente Campesino, lamentó la violencia y la pasividad de las autoridades bolivarianas: "En este momento pareciera que Machiques (de Perijá) está sin autoridad porque no hay quien restituya los derechos y alcance que las personas o las partes se entiendan". Además, responsabilizó al Ejecutivo nacional, del que esperaba que "asumiera las riendas y se pusiera en el centro de las partes[9]".

La pelota está ahora en el tejado del Ejecutivo nacional. El Gobierno de Hugo Chávez tiene que decidir si sigue manteniendo una postura favorable a los indígenas, que gozan de momento de una cierta inmunidad en el país, o si por el contrario decide posicionarse a favor de los hacendados locales. De momento lo importante es que alguien tome las riendas de la situación y el sur del estado de Zulia deje de ser ciudad sin ley.


[1] http://www.parlatino.org/es/enlaces/parlamentos-regionales/parlamento-indigena.html
[2] http://www.eclac.org/mujer/noticias/noticias/5/27905/PoblacionIndigenaV.pdf
[3] http://guiaturvzlac.tripod.com/guiatur-aborigenes.htm
[4] http://www.radiomundial.com.ve/yvke/noticia.php?10147
[5] Ibídem.
[6] Ibídem.
[7] http://www.aporrea.org/regionales/n156334.html
[8] http://www.diarioeltiempo.com.ve/V3_Secciones/index.php?id=75902011
[9] http://www.laverdad.com/detnotic.php?CodNotic=66943