Según cuentan, una llamada de Obama hizo salir a Ben Alí de Túnez y otra hizo lo propio con Mubarak. Sin embargo, la situación con Gadafi es bien distinta. Tal vez porque cuando los libios empezaron su protesta Estados Unidos estaba demasiado ocupado salvándole el culo a Israel ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. O tal vez porque el Presidente norteamericano espera que la Unión Europea, esa agrupación de Estados cuyo propósito es competir a escala mundial con los países que tienen más poder, ponga de su parte.
Después de que miles de civiles hayan muerto y de que el ejército haya bombardeado los lugares de protesta, después de que 100.000 personas hayan dejado Libia por las fronteras de Túnez y Egipto, el Consejo de Seguridad ha decidido que ya va siendo hora de reunirse y aprobar sanciones contra el país árabe.
¿Pero lo que realmente importa es que Gadafi llame a purgar las ratas de Libia casa por casa? ¿O lo más importante es que el precio del barril no para de subir y que Libia podría cortar el suministro?
Ahora que peligra el suministro energético de los grandes gigantes del norte, Obama y Merkel hablan de que Gadafi debe marcharse y la Unión Europea se decide a anunciar sanciones inmediatas contra Libia.
Qué importa que muera gente si no nos tocan el petróleo… Pero con el dinero no se juega…